Algunas personas se sienten responsables en solucionar todos los problemas que están a su alrededor.
Intentan de todas formas evitar el sufrimiento propio y de los demás.
Depositan sobre si mismas una gran exigencia en ser fuertes todo el tiempo.
Si te identificas, ¡Ten cuidado con esto! Esta falsa sensación te puede generar mucha frustración.
Acuérdate de que solo puedes responsabilizarte por tu propio bien estar y felicidad.
Comprende y acepta que no tienes el control sobre todo y todos.
Ayudar está bien, pero recuerda que, a veces, la mejor ayuda es proporcionar al otro la posibilidad de autodesarrollarse.
Y, principalmente, acuérdate que no pasa nada si quien necesita ayuda alguna vez eres tú.
Por Fernanda Vannini